Según los informes, Pekín ha iniciado una campaña turística de invierno en el Tíbet ocupado ilegalmente a pesar del aumento masivo de infecciones por Covid-19. Tibet Rights Collective informó del anuncio de China de reabrir el “emblemático Palacio de Potala” en Lhasa, capital del Tíbet, tras más de cuatro meses cerrado. También se reabrieron otras importantes atracciones turísticas religiosas en Lhasa y sus alrededores.
El 1 de enero, China lanzó una nueva ronda de la Campaña de Turismo de Invierno para atraer visitantes a la Región Autónoma del Tíbet (RAT) durante la temporada invernal, informó la CVR.
El Palacio de Potala es la histórica residencia de invierno de los Dalai Lamas y su sede gubernamental, según el diario oficial chinadaily.com.cn. La entrada al Palacio de Potala será gratuita hasta el 15 de marzo. Sólo tendrán que mostrar su documento de identidad para entrar durante ese periodo, informó TRC. El palacio, descrito como “un modelo de arquitectura antigua y hogar de más de 100.000 reliquias culturales”, estará abierto todos los días de 9.30 a 14.00 horas, según el informe.
En particular, el turismo en Tíbet contribuye a legitimar el dominio de China e intenta ocultar la dura realidad de seis décadas de represión política y cultural, como ha observado Free Tibet. Es pertinente señalar que el mismo gobierno que pretende fomentar el turismo en Tíbet utilizando la cultura y las tradiciones tibetanas como mercancía recorta los derechos lingüísticos de los tibetanos a través de los cuales su cultura puede preservarse y florecer, informó Hindustan Times.
Además, existe una clara distinción entre la forma en que los turistas nacionales chinos pueden viajar dentro de China y Tíbet, la forma en que los tibetanos pueden viajar dentro de China y Tíbet, y la forma en que los turistas extranjeros pueden viajar dentro de China y Tíbet, informó la CVR. A pesar de las afirmaciones chinas de que Tíbet es parte integrante de China, los visitantes extranjeros deben obtener un permiso adicional para visitar Tíbet, además de su visado chino. Además, China niega el acceso sin restricciones al Tíbet ocupado a la sociedad civil, los periodistas y los tibetanos en el exilio. Existen diversas restricciones de circulación para los tibetanos, especialmente dentro de la Región Autónoma del Tíbet, y Lhasa, la capital tibetana, es la ciudad de más difícil acceso para los tibetanos, informó la CVR.