La ostentación, el glamour y la festividad del carnaval de Río de Janeiro, en Brasil, están actualmente bajo advertencia en relación con el agua contaminada verano a punto de alcanzar su punto máximo.
Según Fox News, los grifos y las duchas están soltando agua turbia con un claro olor a arcilla.
Se prevé que un problema persistente que comenzó a principios de enero de 2020 se agrave aún más, ya que 10 millones de turistas acudirán la próxima semana a Río de Janeiro con motivo del carnaval anual.
La Compañía Estatal de Aguas y Alcantarillado (CEDAE) -la autoridad pública de aguas de Río- ha expresado su pesar y ha atribuido el problema a la presencia de “geosmina”, un compuesto químico orgánico supuestamente seguro.
Se considera que la “geosmina” prolifera en masas de agua ricas en nutrientes que quedan expuestas a aguas residuales no tratadas, y que no es tóxica; sin embargo, hay quien discrepa.
Según Ana Passos, bióloga, “si el agua no es inodora, incolora e insípida no es segura”.
El 3 de febrero, la crisis del agua alcanzó su punto más bajo cuando la depuradora de Guandu se paró debido a la contaminación causada por cantidades masivas de cierto tipo de detergente.
Aún no está claro el origen de la sustancia química, pero se cree que se filtró desde industrias situadas fuera de Río debido a las fuertes lluvias.