Network Rail y la policía británica de transportes están visitando las chatarrerías del Gran Manchester para asegurarse de que los comerciantes no comercian con metal robado.
Las últimas cifras revelan más de 400 incidentes de robo de metales en el ferrocarril entre Londres Euston y Carlisle en los 12 meses transcurridos hasta enero de 2020.
Esto causó importantes retrasos a los pasajeros y costó al contribuyente unos 1,4 millones de libras en la región noroeste y central de Network Rail.
En las últimas semanas se han llevado a cabo visitas sorpresa a las instalaciones de los chatarreros, en colaboración con el sector de las telecomunicaciones, para recordar a los comerciantes las obligaciones que les impone la Ley de chatarreros de 2013.
Por ley, los comerciantes deben garantizar que el metal comercializado procede de fuentes legales y que los datos de los vendedores se registran y conservan como parte de cualquier venta.
Las bandas criminales organizadas tienen cada vez más en su punto de mira el metal utilizado en infraestructuras y se aprovechan de los altos precios de los metales.
Se advierte a los ladrones de que la policía dispone de sofisticados medios para atraparlos: metal marcado con diversas etiquetas rastreables.
Andrea Graham, gestora de proyectos de iniciativas sobre delincuencia en las rutas de Network Rail, ha declarado lo siguiente: “El robo de metales no sólo dificulta el mantenimiento de nuestros ferrocarriles, sino que también causa importantes problemas a los pasajeros.
“Para frenar el comercio de chatarra ilegal, los comerciantes deben estar atentos si se les ofrecen materiales que podrían haber sido obtenidos ilegalmente.
“La intrusión en la vía férrea es increíblemente peligrosa, además de ilegal. Los ladrones no sólo se arriesgan a tener antecedentes penales cuando entran en la vía férrea para delinquir, sino que también se juegan la vida”.
El inspector jefe Gary Jones dijo: “Los agentes de la BTP colaboran regularmente con socios del sector, en particular Network Rail, para descubrir y perseguir a los ladrones de metales, lo que incluye visitas sorpresa a las chatarrerías, así como patrullas y operaciones encubiertas y abiertas.
“Nuestro objetivo es desarticular esta actividad delictiva dirigiéndonos a puntos estratégicos de todo el país.
“Toda persona implicada en el robo y comercio de metales del ferrocarril será llevada ante la justicia. El robo de cables en el sistema ferroviario no sólo supone enormes pérdidas económicas, sino que causa horas de retraso a millones de pasajeros. No es un delito sin víctimas.
“También es extremadamente peligroso para los implicados, que se exponen a sufrir lesiones graves e incluso la muerte al invadir las líneas”.
Fuente:- Network Rail