El Consejo Mundial de Viajes y Turismo prevé que la pandemia de coronavirus podría provocar la pérdida de 50 millones de puestos de trabajo en el sector turístico mundial.
En una comunidad como el condado de Niágara -donde gran parte de la economía local depende del dinero de visitantes como las cataratas del Niágara- en la actualidad parece que la promesa de una temporada turística robusta ha desaparecido por completo.
“La primera pérdida de negocio aquí es internacional”, afirma John Percy, presidente y director general de la principal agencia turística del condado, Destination Niagara USA. “Lo vimos venir incluso en los últimos meses, en los que el negocio chino descendió significativamente. Y ahora, ha desaparecido por completo”.
La situación actual para todos ha hecho del mundo un lugar nuevo.
Para todo lo relacionado con el turismo, es un mundo cerrado a partir de ahora. Los vuelos han terminado. Se han cancelado viajes.
El 17 de marzo, una de las principales atracciones en el centro de las Cataratas del Niágara, Seneca Niagara Resorts y Casinos han declarado un cierre de dos semanas para permitir la desinfección, así como la limpieza del hotel y casinos.
Antes de esta semana, el presidente Donald Trump y el primer ministro canadiense Justin Trudeau han declarado planes para prohibir todos los viajes “no esenciales” en la frontera entre ambos.
La primera salida anual de los barcos Maid of the Mist – convencionalmente una señal del comienzo de la primavera en Niágara – permanece temporalmente cancelada en medio del brote del nuevo coronavirus.
“La decisión sobre cuándo abrir la temporada de Maid of the Mist se está tomando en estrecha consulta con New York State Parks”, dijo el portavoz Kevin Keenan. “La seguridad de nuestros asociados y huéspedes tendrá prioridad mientras determinamos cuándo comenzar la temporada 2020”.
Frank Strangio, propietario del Hotel Wyngate, el Quality Inn y Antonio’s Banquet & Conference Center, declaró que su negocio se ha visto afectado en gran medida. Dijo que no está seguro de los impactos a largo plazo. Dijo que podría prever que en 2020, entre el 50% y el 75% de los huéspedes confirmados cancelen sus estancias en la región del Niágara este año.
“Nadie lo sabe con seguridad”, afirma Strangio cuando se le pregunta por lo que puede deparar el futuro.
“Todo dependerá de la orientación de los niveles federal y estatal de gobierno. Si aconsejan que la gente no viaje, no viajará. Cuando empiecen a aflojar las riendas, creo que la gente volverá a viajar. Ya hemos pasado por esto antes, con el SARS, la gripe porcina e incluso el 11-S, aunque en distinta medida. Nunca ha sido de esta magnitud, pero siempre nos mantenemos optimistas de que las cosas se recuperarán. Pero, a corto plazo, va a ser duro”.