El cicloturismo es una inclinación cada vez más arraigada en el segmento turístico y económico con grandes perspectivas de crecimiento. En la propia España, el segmento cicloturista alcanza cerca de 1.900 millones de euros, con más de 22.000 empleados, según un informe facilitado por la Real Federación Española de Ciclismo.
Más de 21 millones de españoles poseen algún tipo de bicicleta. Entre 2015 y 2019, el número de pernoctaciones cicloturistas aumentó un 34%, alcanzando los 13 millones.
En Europa, el cicloturismo obtiene en este momento más dinero que el crucero, lo que representa la fuerza y el valor que esta sección del turismo deportivo está creando año tras año en todo el mundo.
El cicloturismo ya estaba evolucionando intensa y progresivamente desde hace varios años. Sin embargo, se ha visto acentuado por la pandemia junto con el cambio climático y las reglas ecológicas que los gobiernos están poniendo en marcha.
El ciclismo está relacionado con el deporte, la salud, las actividades físicas al aire libre y el transporte sostenible. Las ciudades están experimentando un rápido cambio para adaptarse a este medio de transporte singular mediante la financiación, las tácticas de crecimiento planificado, el desarrollo y la creación de carriles bici y estructuras relacionadas con la bicicleta, las estrategias para fomentar el uso de la bicicleta y otros medios de transporte independientes, que pueden mantener su uso y hacer que la sociedad en general se acostumbre a desplazarse en bicicleta con regularidad, incluidas las vacaciones.