
El año pasado, 1.500 millones de personas viajaron a través de las fronteras internacionales, muchas de ellas con el objetivo de conocer diferentes culturas, así como el patrimonio y la creatividad locales. Ahora, como consecuencia de la pandemia de COVID-19, el turismo ha disminuido rápidamente en la mayoría de los países, perjudicando a las comunidades que dependen del turismo cultural para su subsistencia, dejando los sitios culturales y naturales del Patrimonio Mundial vulnerables al saqueo y la caza furtiva, y debilitando el acceso a la cultura.
La Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas (OMT) prevé un descenso del 60-80% en las llegadas internacionales para 2020, por lo que el Secretario General de las Naciones Unidas ha publicado un informe sobre las repercusiones socioeconómicas de la pandemia en el turismo, incluidos los millones de medios de subsistencia que sustenta. En él se destaca el papel que desempeña el turismo en el avance hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluida su relación con los objetivos medioambientales y la cultura. La UNESCO tiene una rica experiencia en turismo, especialmente en lo que se refiere a sus Convenciones Culturales, y aportó experiencias y estadísticas al Informe, por ejemplo sobre los sitios del Patrimonio Mundial, entre otros.
El turismo representa una parte importante de las economías nacionales, tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo. En algunos Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID), el turismo ha llegado a representar el 80% de las exportaciones. Antes de la crisis, el turismo cultural representaba casi el 40% de los ingresos del turismo mundial. Muchas prácticas del patrimonio vivo, como festivales y reuniones tradicionales, se han interrumpido o pospuesto, y con el cierre de los mercados de artesanía y otros bienes culturales, los medios de subsistencia de las mujeres indígenas se han visto especialmente afectados. Un reciente informe de la UNESCO sobre el impacto de la COVID-19 en los museos reveló que el 90% de los museos del mundo se vieron obligados a cerrar en el momento álgido de la pandemia, y que más del 10% puede que nunca vuelvan a abrir. A 31 de agosto de 2020, alrededor del 65% de los países habían cerrado o cerrado parcialmente sus bienes del Patrimonio Mundial, con inmensas consecuencias socioeconómicas para las comunidades circundantes.
El impacto de COVID-19 proporciona un momento decisivo para repensar y transformar los modelos turísticos existentes hacia un turismo que sea más resiliente, inclusivo y eficiente en el uso de los recursos. Para seguir fomentando las sociedades sostenibles, la Red de Ciudades Creativas de la UNESCO tiene como objetivo aumentar la solidaridad y la colaboración entre las ciudades mediante el intercambio de información y conocimientos valiosos, incluidas las buenas prácticas impulsadas por la cultura y la creatividad y las medidas innovadoras que las ciudades han adoptado en respuesta a COVID-19. A través de esta plataforma internacional, la UNESCO es capaz de supervisar, a nivel local y más allá, los impactos de COVID-19 en el turismo y muchos otros sectores relacionados, así como estimular nuevos enfoques y prácticas innovadoras que harán que el turismo sea sostenible en la era post-COVID-19.