Hong Kong se prepara para un aumento de los viajes después de que el centro financiero mundial pusiera fin el lunes a la cuarentena hotelera obligatoria COVID-19 para las llegadas internacionales, y las compañías de viajes informaron de que las solicitudes se habían multiplicado por 10.
Las restricciones se levantaron por primera vez en más de dos años y medio, después de que el líder de la ciudad, John Lee, dijera la semana pasada que las personas que llegaran podían volver a casa o buscar alojamiento de su elección, pero tenían que autocontrolarse durante tres días a la entrada.
A los recién llegados se les prohíbe la entrada en bares y restaurantes durante tres días. Aunque se les permite ir al trabajo y a la escuela, siguen teniendo que someterse a múltiples pruebas de COVID en la primera semana tras su llegada.
Aun así, el Consejo de la Industria Turística de Hong Kong espera que los viajes al extranjero aumenten hasta un 50% en los próximos meses, según declaró su directora ejecutiva, Fanny Yeung, a una emisora pública.
Sin embargo, Yeung advirtió de que el crecimiento se vería limitado por el número de vuelos salientes, mientras que el turismo entrante no crecería mucho, debido a las restricciones existentes.
Según un sitio web de viajes, las búsquedas sobre Japón se multiplicaron por 10 la semana pasada, mientras que las de Taiwán casi se duplicaron en los 14 días anteriores.
Según otro portal de viajes en línea, las búsquedas de vuelos se multiplicaron por 95 y los pedidos se dispararon un 50% en su sitio de Hong Kong durante la semana, con Tokio, Bangkok, Osaka y Singapur como principales destinos.
El organismo internacional de aviación IATA declaró que el siguiente paso sería que Hong Kong suprimiera todas las medidas COVID-19.
La antigua colonia británica había sido una excepción mundial fuera de China continental en la imposición de la cuarentena hotelera para las llegadas internacionales, en consonancia con la estrategia COVID “dinámica cero” del país.
Grupos empresariales, diplomáticos y muchos residentes habían criticado la normativa COVID-19 por considerar que amenazaba la competitividad de Hong Kong y su posición como centro financiero mundial.
Aun así, los residentes que aterrizaban en el aeropuerto de la ciudad estaban encantados con la relajación del lunes.
