En un libro de reciente publicación que estudia los principales lugares turísticos con temática del Holocausto, Derek Dalton, profesor titular de criminología de la Universidad Flinders, profundiza en el fascinante tema del “turismo del Holocausto”, centrándose en los siete principales lugares de Alemania y en decenas de monumentos conmemorativos, incluida la Casa de Ana Frank en Ámsterdam.
Descubrió que sitios como Dachau y Auschwitz-Birkenau están cada vez más en alza, en parte por una nueva generación de viajeros jóvenes y opciones de viajes económicos, sin embargo, la espantosa atracción no ha cambiado en estos sitios.
¿Cómo explica el encanto duradero de estos lugares?
“El Holocausto es un acontecimiento que en gran medida desafía la representación y el lenguaje y, sin embargo, a pesar de lo inimaginablemente horrible que fue, ansiamos conocerlo (y a sus víctimas, en gran medida sin rostro)”, afirma el profesor asociado Dalton, del Centro de Política Criminal e Investigación de Flinders.
“Las películas y los libros nos atraen a los lugares turísticos y conmemorativos del Holocausto, pero la paradoja es que, mientras intentamos comprender mejor lo insondable, puede que sólo lo comprendamos mejor, pero nunca del todo”.
La mayoría de los monumentos conmemorativos pretenden atraer los sentidos y captar lo que se ha perdido, afirma.
“Así, una escultura de una habitación abandonada en un parque de Berlín trastoca el presente -nos arrastra a los años 40- y nos obliga a empatizar con las personas que hace tiempo que se fueron y fueron asesinadas”.
“Es como si un crimen de tal magnitud se inmiscuyera en nuestra conciencia en la seguridad del presente, que es una penitencia adecuada para todos ‘nosotros’.
“No se trata de culpa, vergüenza o cualquier otra emoción negativa. Se trata más bien de respeto por los muertos y de recordar que ‘eso’ (el Holocausto) ocurrió”.
En un nuevo libro, titulado Encountering Nazi Tourism Sites (publicado por Taylor & Francis, Routledge), el Dr. Dalton desentraña las formas en que Alemania ha gestionado los legados del Holocausto en lugares, museos y monumentos conmemorativos del Holocausto.
“Descubrí que el turismo con temática del Holocausto es posiblemente más popular que nunca, quizá aumentado por la explosión del turismo general en Europa con vuelos baratos”, afirma.
“Para la mayoría de la gente no se trata tanto de morbo o voyeurismo como de un respeto reverencial por ver los restos de la ‘historia'”.