Xu Liang, un turista de Pekín, situado en medio de la multitud de tibetanos elegantemente vestidos, mientras se perdía totalmente en el apasionado ritmo de una danza religiosa interpretada en el monasterio de Labrang por los lamas del condado de Xiahe, en la provincia de Gansu, en el noroeste de China.
Xu dijo que la danza de estilo tibetano y la música le asombraron en muchos sentidos. Xu había visitado el condado con su mujer y su hija durante las vacaciones del Festival de Primavera.
Para él, era su segunda visita a Xiahe, un condado gobernado mayoritariamente por tibetanos. En esta región hay más de 10 grupos étnicos, incluidos los han y los hui.
A pesar del frío, Xiahe, situada a una pintoresca altitud de 3.000 metros, se había convertido durante la fiesta de la primavera en un centro de actividad, reverberando con el enérgico murmullo de los visitantes que se apresuraban a experimentar su eterno atractivo.
El monasterio de Labrang se construyó en 1709. Es uno de los seis templos principales de la secta Gelug del budismo tibetano.
Durante el primer mes del Año Nuevo Lunar chino, el monasterio organizó una serie de actividades folclóricas.
Entre ellas, una ceremonia religiosa, conocida como el “soleamiento de Buda”, atrajo a más de 76.000 turistas del país y del extranjero.
El director de la oficina de cultura y turismo de la comarca, Kunkyl Tsering, declaró que la avalancha de actividades y el zumbido de entusiasmo muestran un comienzo esperanzador para la industria turística de 2023.
